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Cómo llevar el control de gastos del hogar sin complicaciones

Compras del supermercado, cartulinas de los niños, arreglos de la casa, medicamentos… Si vives solo o en familia y los gastos del hogar en el día a día se te desbordan y no sabes cómo llevar un control adecuado, en este post vamos a darte una guía para que lo hagas sin complicaciones. Sigue leyendo y, al final, estarás listo para empezar a controlar tus gastos inteligentemente.

1. Maneja un presupuesto

Es imposible hacer un control ordenado de los gastos sin antes conocer la realidad de las finanzas personales o familiares. Para hacerlo, no hay mejor forma que elaborando un presupuesto real, a conciencia y sin dejar nada por fuera.

Este documento es el punto de partida para un manejo responsable del dinero y, junto con el registro de gastos, será la guía para que implementes correctivos o tomes decisiones financieras que mejoren tu calidad de vida y la de tu familia. ¡Construirlo no es tedioso ni te tomará mucho tiempo! Ten en cuenta estos dos puntos básicos que debes identificar para poder comenzar:

  • Ingresos fijos y variables
  • Egresos fijos y variables

PRO TIP: Sigue esta guía de cómo hacer un presupuesto personal o familiar y verás que sencillo resulta.

Una vez que tengas listo este documento, te servirá para contrastarlo con el registro de gastos que vas a elaborar y, de esa manera, detectar si estás siguiendo o no lo que definiste inicialmente para los egresos.

2. Guarda las facturas

Es común que las facturas de los consumos terminen perdidas en algún rincón de la casa o, incluso, en la basura. ¡Es hora de darles la importancia que se merecen!

Para hacer un buen control de gastos del hogar, no basta con hacer memoria para ver si recuerdas qué consumo hiciste y de cuánto. Por eso, nuestra recomendación es que tengas en casa un archivador o carpeta en la que vayas colocando y organizando todas las facturas que recibes mensualmente. Por otro lado, dado que la facturación electrónica es cada vez más frecuente, puedes crear una etiqueta en tu correo electrónico que te permita clasificar todas aquellas que recibas por este medio. ¡Sé cuidadoso! En ambos casos, es fácil que estos documentos se traspapelen pero, en realidad, pueden ser de gran ayuda:

  1. Permiten identificar los tipos de consumos recurrentes.
  2. Son el respaldo para el registro de los egresos.
  3. Se convierten en fuente de consulta.
  4. Funcionan como soporte para reclamos o devoluciones.

3. Revisa tus transacciones a través de canales digitales

Una situación común que seguro habrás vivido es que, al hacer las sumas y las restas, revisas el monto con el que llegas a fin de mes y te preguntas “¿En qué se me fue este dinero?” Puede que a veces no sepas por qué te faltan $50,00 pero, ¿y si te faltan 200,00? ¡Ya te imaginarás el disgusto!

Una buena práctica que puedes implementar para encontrar otras salidas de dinero es revisar tus movimientos bancarios en la Banca Web o Banca Móvil de Banco Pichincha. ¡No te tomará mucho tiempo! Solo recuerda que los montos que salen de tu cuenta están representados en color rojo. Otra buena opción que tienes es descargar el estado de cuenta de tu cuenta de ahorros para verificar los movimientos que no hayas podido detectar con las facturas.

4. Registra las salidas de dinero

Por supuesto, necesitarás crear una hoja de gastos para llevar el control. Utiliza una agenda, un cuaderno o una hoja de excel. A continuación, establece una estructura para tu registro de control. Puedes añadir los campos que consideres útiles, sin embargo, aquí te dejamos algunos que puedes usar.

Fecha: siempre es bueno saber cuándo se hicieron los gastos. Te ayuda a identificar el comportamiento de consumo que tienes con tu familia. Por ejemplo, si los fines de semana tiendes a gastar más.
Categoría: si aprendiste con nosotros a hacer un presupuesto, sabrás que la categorización de egresos te permite asignar un monto límite para cada una. Usa las mismas categorías para ingresar los gastos en el registro de control y, posteriormente, verificar si cumpliste o te excediste en el monto asignado.
Concepto: nombra brevemente cada egreso, consumo o compra que hayas hecho para poder identificarlo después.
Valor: para cada concepto, ingresa el monto que gastaste.
Gasto previsto: es lo que tenías pensado gastar para cada categoría. Puedes tomar este monto directo de tu presupuesto.
Gasto real: es lo que terminaste gastando a fin de mes para cada categoría.
Diferencia: compara el gasto previsto y el real e identifica la diferencia, que puede significar que ahorraste o que te excediste.

5. Analiza los egresos

Una vez que llegas a fin de mes con un registro de gastos bien estructurado y sustentado con facturas y otros documentos, es hora de analizar las salidas de dinero que tuviste.

  • Revisa cuál es el egreso más alto y si está bien justificado o pudo haber sido más bajo.
  • Identifica cuánto dinero usaste para gastos hormiga, es decir, aquellos que parecían insignificantes pero que en realidad pueden llegar a consumir tu presupuesto.;
  • Analiza si el monto por cada categoría es inferior, igual o superior a lo que presupuestaste inicialmente. Si te excediste, significa que quizá estás derrochando tu dinero. ¡Toma medidas correctivas!
  • Revisa qué cantidad de dinero usaste para los gastos fijos y si se mantuvieron dentro del presupuesto o no.
  • Identifica cuánto del presupuesto usaste en gastos variables. Confirma si se mantuvieron dentro del presupuesto o si estos se pueden convertir en recurrentes (fijos).
  • Consulta cuánto dinero quedó en la cuenta familiar y piensa si te serviría para hacer frente a alguna eventualidad en los próximos días o si, por el contrario, la economía familiar quedó ajustada.

5. Analiza los egresos

La principal ventaja de llevar un registro de gastos es que, tras la revisión y análisis, puedas tomar decisiones acertadas para mejorar la economía personal o familiar, para plantear y cumplir nuevas metas financieras. Así que, ahora, te dejamos algunas ideas por las que puedes empezar a rectificar.

  • Gastos hormiga: este tipo de gastos disminuye tu capacidad económica. Plantea un presupuesto límite y nunca te excedas. Recuerda, son consumos que en muchas ocasiones se pueden evitar.
  • Servicios básicos: excederse en los servicios básicos no sólo representa un derroche de dinero, sino también de recursos. Controla mejor el uso del agua y la luz en el hogar para evitar el desperdicio y reducir las facturas.
  • Presupuesto: toma como costumbre revisar este recurso cada inicio de mes, para que tengas las cifras claras y evites excederte.
  • Ahorro: si aún no te has planteado metas de ahorro, este es un buen momento para hacerlo. El ahorro puede significar un incremento del patrimonio familiar pero también un colchón para blindar tu economía en situaciones de emergencia.